UN POEMA PERDIDO EN LA CARTERA

Tal vez existas, tal vez no, tal vez duela pensar que existes, chinita; tal vez duela pensarte tanto, acercarme tanto a ti; chinita relajada y presumida..

seguro por estar tanto rato bajo el árbol de ramas falsas tus fechas están cargados de nostalgia con eso del amor que más da; yo nunca te soltaría pues serías el primero de mis axiomas, claro que sí; pero hay que morir siempre con un bastión, y yo siento algo en el pecho; una admiración religiosa por ti, y no pienso morir sin intentarlo...  

Porque desde que te fuera a ver por vez primera, te veo en los relojes, en la alacena, en cada grieta, te veo en el cheque, te veo resplandeciente, te veo, cuando todos pierden la batalla, te veo en un paisaje con perros encantadores y hasta en un afiche hecho con las letras de Coldplay; esa música que me carga hacia  ti.

El día antes de mi muerte seguramente baste con recordarte en un momento que parezca apocalíptico e imperecedero y nada más y podría jurar que nadie te ha pensado y amado más que yo...

Sin embargo no falto  a la verdad  al confesarte que al verte  me siento azul, desplomado e improtegido; te imagino en vano al lado mío; mientras yo inmóvil en el tiempo  y mis sentimientos en una resaca interminable porque entonces sólo te amaría, sintiendo que eso es la mitad de cosas quizá un poco más para lo que fuí creado y para verte y admirarte cada día.

estas tu Naomi

Naomi
En la vida te propones y te enfrentas a retos todos los días; pero por alguna razón alguna maldita fuerza  cuando quiero no pensarte y al frente estas tu Naomi tan perfecta, tan temblorosamente divina tan empeñosamente natural, no me bastan mi orden y mi temple  tal vez haya alguien que te llene el corazón así como tal vez alguien alguna vez llene el mío pero hoy por hoy ni siquiera me puedo permitir pensar la gloria de un futuro hecho lejos de ti, pues mi felicidad depende de la agitación de tu cabello y la dulzura de tu voz; dependo de ti  en todo pero sabes que estás blindada de la suerte y ella nunca me permitirá llegar a ti y eres mucho para mí ya está; trabajaré duro para que cambie eso porque cuando me convenza de todo esto  sabré que esa topía me habrá de convertir en el tigre insaciable del que tanto han contado lo viejos matemáticos....perra y maravillosa suerte de no tenerte

“Bendigo la ocasión que me hizo conocerte y las circunstancias que nos condujeron a esta bellísima casualidad, debo confesar que estoy plenamente enamorado de tu ser y de tu vida, que eres mi única excepción y que te cometería las veces que fuese necesario, te buscaría en cualquier rincón que te encontraras, te entregaría esta y todas mis vidas para hacerte entender que no existe nadie más, nadie que me haga sentir como lo haces tú.”

— Alejandro Esparza

hoy fui a verte y a pedirte disculpas por que quizá yo no te trate como debió ser en su momento, creo que he cometido muchos errores pero el mas grande quizá fue dejarte ir hoy todo esta claro en mi mente y entiendo lo que realmente vale la pena y que no; no te dije muchas cosas en realidad, solo te pedí disculpas por que creo que te las merecieras. el resto me las guarde por que creo que ya eres feliz y quien soy yo para arruinar eso

 sonrisa clavicular.
En algún lado de la estéril Lima ella no sabe que la odio...que ojos la andarán mirando ahora mismo me pregunto y yo.... tan pobre y sólo...La odio cuando ya no puedo amarla, la odio en la cálida tarde y al no poder sacármela de la cabeza termino odiándola más; tras dos copa encima, la odio aún; entonces nunca me inmuté que la vida había girado más de 53 veces; la odio y también quería irme a la cama con ella, pero era una tortura mental saberme tan lejos de ella físicamente la esquivo si puedo a veces y me rió creyendo que la amo...
Se que la sentencia ya está escrita y que el álgebra podía encontrar 100 fórmula más antes de que pudiera realmente robarle un beso, irrnenunciable odio, maldito odio, odio de amarla, un odio que parte y aún me deja vivo, odio que  hace verme en un espejo esférico, amor que consume y viaja sin control
Y aún recuerdo su sonrisa clavicular...